✍ Urbanización, desarrollo y modernización. Un enfoque histórico y comparativo [1976]

por Teoría de la historia

gino-germani-urbanizacion-desarrollo-y-modernizacion-12700-MLA20064776670_032014-FInteresante compilación la llevada a cabo por Gino Germani en este volumen que reúne ensayos de muy renombradas y destacadas personalidades en el tema de la urbanización y modernización. Comienza el libro con un artículo del propio Germani que muy bien podría servirnos como introducción sobre el nacimiento de la ciudad y lo que él llama la «gran transformación», así como el cambio social implicado por tal proceso. De gran importancia a la «secularización», consistente en la desvinculación del conocimiento de todo lo sobrenatural y de presupuestos rígidos y absolutos, considerando esto como el primer paso para abrir las puertas al advenimiento de una ciencia moderna. En este primer capítulo abundan las citas de muchos y bien conocidos autores, lo cual demuestra un amplio conocimiento de indudable riqueza y valor teóricos. En él explica también el proceso histórico de formación de los centros urbanos, y expone sus ideas sobre lo que considera una metodología adecuada para este tipo de investigación sociológica. Aunque se da cuenta de la relativa validez explicativa de las teorías de la modernización, sin embargo, cree en la utilidad de tener en cuenta estas explicaciones siempre que se sea consciente de las limitaciones impuestas por estos modelos basados y construidos a partir de una situación determinada. Al leer los capítulos siguientes, de distintos autores, como he dicho antes, bien conocidos por sus aportaciones a la sociología, nos percatamos de que muchos de los ensayos hablan de modelos que ayudan a definir, de una manera adecuada, las características de la urbanización y de la modernización. A pesar de todo no podemos dejar de notar que, según se estudie este proceso del desarrollo urbano en América latina, Japón, Italia, Sudáfrica, Egipto, etc., los concomitantes, las causas, las implicaciones, los efectos y la forma de producirse van a ser muy distintas. Aunque a primera vista nos pueda parecer lo contrario, nos volvemos a encontrar con que en el capítulo 14, Richard M. Morse pone claramente en evidencia la necesidad de utilizar un modelo independiente para cada caso particular. Finalmente será el propio Germani quien, en su segundo ensayo, ya al final del libro, acabe recalcando cómo al estudiar las causas del crecimiento acelerado de los estratos medios urbanos como consecuencia del proceso de urbanización en América latina, podemos encontrar la explicación sirviéndonos en parte de una metodología basada en un modelo general. No obstante hay que tener en cuenta otra explicación que deriva de las características particulares que la transición ha asumido allí precisamente, y sin esto, no hay explicación que realmente valga la pena. También cita aquí lo que considera como las fuentes de dogmatismo en el análisis de los procesos de transformación social. Estas son para él: la suposición de que los cambios ocurridos en los diversos componentes y niveles de la estructura social se van a producir en una sola dirección; imaginar que la sociedad tradicional está integrada por un conjunto de estructuras rígidas y estáticas, en tal grado y de talmanera, que nos llevan a interpretar cualquier desviación, por mínima que sea, como un paso hacia la transformación total de la sociedad, cuando lo cierto es que tal extrema rigidez no existe sino en nuestra mente; creer que con trasplantarlas a otro medio, ciertas instituciones, van a producir los mismos resultados que en su medio de origen, etc. En resumen, que es peligroso jugar con los modelos teóricos si nos olvidamos de las limitaciones que éstos tienen y de la especificidad de las cosas concretas a las que se aplican. Cambiando un poco de tema, considero muy interesante, sin por ello menospreciar otros ensayos, el último capítulo del libro, escrito por Kenneth E. Boulding, en el que se nos propone abrir un poco nuestro campo de visión y pensar en la posibilidad de una poscivilización. Puesto que la civilización podría considerarse como la edad de las ciudades (civitas en latín significa ciudad y de ahí el término civilización) y puesto que las causas que hicieron surgir éstas parecen ir perdiendo su sentido hoy día, no estaría de más pensar en una nueva etapa que superara a ésta. Considerando que el conjunto de causas que dio lugar a la ciudad es el mismo que dio surgimiento a la civilización y que la civilización surgió como fruto del producto excedente que venía de la agricultura, nos encontramos con que, como producto de la ciencia, podría surgir la poscivilización. Claro que este concepto de poscivilización queda como un poco inaccesible e incluso puede sonarnos a ciencia ficción; sin embargo, creo que no cuesta ningún superesfuerzo pensar en ella como un producto lógico de un nivel más elevado de organización del conocimiento humano, como lo es la ciencia. De hecho, todavía no hemos empezado a explotar ampliamente muchísimas de las ventajas que podría ofrecernos ya el desarrollo científico y tecnológico. Pone de manifiesto Kenneth Boulding cómo las instituciones de la civilización comienzan a presentar un panorama de franca quiebra. La ciudad ya no sirve como sitio seguro de defensa por la disminución del costo del transporte de la violencia; con un sofisticado proyectil se puede borrar del mapa una ciudad sin que haya posibilidad real de evitarlo. Por otro lado, la explosión demográfica requiere un aumento intenso en las inversiones corrientes en recursos humanos. Además, ya no necesitamos esa combinación, propia de la ciudad clásica, de una organización social bien integrada y concentrada. La reducción del coste de transportes, tanto de mercancías como de comunicaciones, hace que el valor de las concentraciones de población con propósitos de intercambio comercial y humano pierda gran parte de su valor. Un ejemplo muy a la vista del caso nos lo dará el impacto del automóvil como factor desintegrador de la ciudad. Hoy día casi todos tenemos el ideal de vivir fuera de las grandes concentraciones urbanas, en una casa con jardín, teniendo nuestro coche para así poder disfrutar de las comodidades ciudadanas y al mismo tiempo estar en contacto con la naturaleza lejos de la insalubridad y contaminación de los grandes núcleos poblacionales. Para demostrarnos que no se trata de ciencia ficción ni de utopías sin sentido, el autor nos plantea, con cierto rigor que demuestra conocimiento de causa, cómo podría montarse esa poscivilización. La tecnología nos permitirá pronto tener hogares casi autosuficientes, con generadores abastecidos por energía solar, comunicación con las bibliotecas a través de circuitos de televisión, fábricas al lado de los océanos para extraer de ellos casi todos los recursos, pues los depósitos minerales desaparecerán pronto, etc. Dejando un poco a un lado estos problemas técnicos, vale la pena hacer notar que Boulding no se olvida del fenómeno de resistencia al cambio y nos prevé la posible existencia de nostálgicos de la ciudad y de la civilización que nos anuncien su pureza y simplicidad y nos la contrasten con los nuevos y fatales vicios de la poscivilización; pero esto puede ser tan sólo una parte del proceso de cambio. Finalmente, diré que creo que puede ser interesante esta compilación para todo aquel atraído por el tema. Cabe decir también que los artículos han sido bien seleccionados y que forman un conjunto coherente que puede sernos de gran utilidad para introducirnos, con todas las garantías, en la problemática de la ciudad, su historia, sus cambios y, finalmente, su crisis. Si lo que pretende el autor es agrupar unas lecturas interesantes, de calidad, ordenadas de forma que tengan continuidad y nos puedan dar una idea clara y general sobre el proceso de urbanización y cambio social, estimo que ha hecho un buen trabajo. De cualquier modo, la amplia bibliografía manejada y citada por Germani ya hace interesante el libro en sí mismo.

[José C. LISÓN ARCAL. «Urbanización, desarrollo y modernización por Gino Germani» (reseña), in Revista española de la opinión pública (Madrid), nº 47, enero-marzo de 1977, pp. 227-230]