✍ El pensamiento mestizo. Cultura amerindia y civilización del Renacimiento [1999]

por Teoría de la historia

pensamiento_mestizo1Frente a la ignorancia, estulticia y dogmatismo de quienes a estas alturas del curso histórico de las civilizaciones se empeñan en aposentarse en un territorio a solas consigo mismos y su RH negativo, este documentado trabajo de Serge Gruzinski, director de investigaciones del CNRS y de estudios del EHESS, invita a una sana reflexión sobre el inevitable componente de hibridación de toda cultura y el valor creativo de los mestizajes. Experto historiador del nuevo mundo, Gruzinski no se limita a comprender los complejos procesos de mezcolanza cultural como un fenómeno de mera supervivencia adaptativa de etnias amenazadas por el irresistible empuje de potencias colonizadoras. Más incisivamente descubre en ellos una suerte de inversión dialéctica en virtud de la cual el mestizaje de modos de vida e imaginarios, antes que otra manifestación más de globalización, constituye una réplica activa, una modulación y una reformulación creadora de las relaciones de poder y saber surgidas del encuentro entre culturas diferentes. Para ilustrar sus argumentos, el autor recurre a ejemplos de mestizajes de la imagen que van desde la incorporación amerindia de tradiciones renacentistas como la de los grutescos hasta la obra de cineastas contemporáneos como Peter Greenaway, Lars von Trier o Wong Kar-wai, cuya filmografía educa nuestra mirada en mecanismos de contaminación cultural que habitualmente no percibimos. Pero sobre todo se centra de modo preferente en la historia de Nuevo México, “resultado de cuatro siglos de enfrentamientos entre invasores europeos y sociedades indígenas, donde1323877-gf se mezclaron colonización, resistencias y mestizajes”. Trata así en primer lugar de hacernos ver cómo la universalización de la cultura no es un fenómeno nuevo y privativo de nuestra coetánea aldea global, sino que surgió ya con la conquista de América y se propagó durante el Renacimiento. De hecho, la genealogía trazada aquí podría extenderse a tiempos más remotos e incluso modificar su óptica, puesto que en los propios inicios griegos de Occidente cabe reconocer la irrupción de formas de culto extranjero. Pero, al margen de la sabia profusión de muestras de creación mestiza, donde elementos indígenas y occidentales desbordan la mera yuxtaposición para configurar realidades culturales inéditas, quizá lo de menos en este libro sean los casos concretos elegidos. Lo más decisivo es el modo en que a través de ellos Gruzinski ha sabido componer su crítica al empleo excesivamente 9788449309434rutinario de unas categorías -cultura, identidad- que, en su rigidez, nos incapacitan para comprender los mestizajes como algo más que simples contaminaciones superficiales o desordenes puntuales en el margen de entidades estables (las culturas “en sí”), impecablemente estructuradas y con reputación de auténticas. De este modo, El pensamiento mestizo cuestiona la tendencia a oponer mestizajes e identidades que tanto prolifera hoy día en el campo de los estudios culturales, donde un difuso pluralismo postmoderno resulta invocado a menudo como rescate de la presunta originariedad incontaminada de voces indígenas. En realidad, argumenta Gruzinski, las reivindicaciones identitarias locales no siempre son formas de rechazo del nuevo orden mundial y, con frecuencia, bajo su aparente denuncia de eurocentrismo, apenas se disimula el imperialismo subrepticio que destila un pensamiento como éste, firmemente establecido en las mejores universidades de Estados Unidos. Tal vez, por seguir con la metáfora de Prigogine presente en la obra, antes que empeñarnos en concebir nuestro mundo según el modelo preciso del reloj (incluso a costa de atrasarlo hasta las raíces del Cro-Magnon), convenga comenzar a pensarlo según el modelo fluctuante y permeable de la nube. Los mestizajes, como nosotros mismos, pertenecen más bien a este orden de realidad. 

[Manuel BARRIOS. «El pensamiento mestizo», in El Cultural (Madrid), 17 de enero de 2001]